Guillermo Alberto Hidalgo Montes
El presidente de México Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer que, el pasado 17 de febrero, integrantes del Ejército Mexicano destruyeron un sembradío de plantas de cocaína de 4 hectáreas en la sierra del municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, población ubicada a unos 1,000 metros sobre el nivel del mar (algo muy raro para las hojas de coca). El lugar del sembradío se ubica en la comunidad de Río Santiago, donde también se encontró un laboratorio rústico para procesar la hoja de “coca”.
Esta noticia causa un revuelo inusitado debido a que es la primera vez que se encuentra y se destruye un sembradío de “coca” en México. Las plantas fueron arrancadas y posteriormente incineradas.
De acuerdo a la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA), estos cultivos se dan a una altura de 2 mil metros sobre el nivel del mar en países como Colombia y Bolivia, lo que deja ver que se trata de plantas genéticamente mejoradas; la “coca” tiene un rendimiento de 5 a 6 toneladas por hectárea por año y de cada hectárea se obtienen entre 5 y 7 kilos de cocaína y precio de la droga se ubica en 12,500 dólares por kilo, lo que es equivalente a 250 mil pesos por kilo.
Guerrero era líder en sembradíos de amapola y mariguana a nivel nacional; ocupando el primer lugar en siembra de amapola y el segundo en siembra de mariguana, sin embargo, esto indica que comienza una migración a otro tipo de productos.
¿Por qué ocurre esto?
Después que el 19 de noviembre pasado, el Senado de México, aprobara un dictamen que avala el uso adulto responsable del cannabis queda reglamentado su uso, cultivo, la transformación, la comercialización, la exportación o importación por lo que deja de ser de todo ilícita.
Lo anterior quiere decir impuestos, mercado regulado, y una curva de aprendizaje en el “civismo del uso del cannabis”, pero lo más importante, deja de ser deseado y no existe algo más deseado que lo prohibido.
Para ilustrar el párrafo anterior me permitiré poner un ejemplo, en Estados Unidos de América, Alaska, California, Colorado, Maine, Massachusetts, Nevada, Oregon, Washington, Washington D.C. Vermont y Michigan hicieron legal el uso de la marihuana por motivos principalmente recaudatorios y ¡no los ha ido para nada mal! La agencia de evaluación crediticia Moody’s Investor Service señala que la recaudación impositiva alcanzó los 16,000 millones en 2020 (con todo y pandemia) por lo que “si no puedes contra el enemigo, únetele”.
Ahora bien, lo ocurrido en Guerrero es muy importante, ya que estamos presenciando el inicio de una nueva mutación del negocio del narcotráfico en México. La cocaína comenzó a hacerse ilegal después de haberse incluido en La Ley de Sustancias Controladas (Controlled Substances Act – CSA) promulgada por el Congreso de los Estados Unidos en 1970, tras de varios fracasos por parte del gobierno norteamericano de sembrar coca en Puerto Rico, debido a que la isla no contaba con la altura con la que cuenta la Región Andina de donde es (o era) la planta de coca endémica.
Si la marihuana poco a poco está comenzando a ser cada día más comercializada legalmente dejará de ser negocio y pasarán a drogas aún prohibidas bajo la premisa anteriormente expuesta “lo prohibido es lo más deseado” lo que sin duda podría generar más problemas de salud pública, más violencia y delincuencia. ¿Está México preparado para combatir esta nueva amenaza cuando estamos en la peor crisis de seguridad en la historia gracias a una política en materia de seguridad inarticulada? Solo el tiempo lo dirá.
*El Mtro. Guillermo Alberto Hidalgo Montes, es especialista en seguridad pública y privada. Fue Rector de la Universidad Policial de Guerrero, Director de la academia de las Fuerzas de Seguridad del Estado de Puebla, Rector de la Universidad de Policía de la Ciudad de México y Actualmente Director del Instituto de Formación Profesional del estado de Hidalgo.