Australia (Agencias) 15 de noviembre de 2014.- El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto,regresó a México este sábado al término de la primera de las dos jornadas de la cumbre del G20 en Brisbane (Australia) por la crisis política generada por la desaparición de 43 estudiantes.
El presidente mexicano y su esposa Angélica Rivero emprendieron viaje de regreso al término de la cena de gala ofrecida por el anfitrión, el primer ministro australiano Tony Abbott.
Peña Nieto participó en las reuniones de la primera jornada del G20, que reúne a las principales economías del planeta, con las que compartió la experiencia de México en la implementación del paquete de reformas emprendidas en su gobierno, entre otras, la laboral, la financiera, la energética o la educativa.
«México comparte con el mundo este exitoso proceso transformador, resultado del pragmatismo y la suma de esfuerzos de todos los mexicanos», dijo el mandatario a sus socios del G20, según la presidencia.
Peña Nieto aprovechó su presencia en el G20, que reúne a las economías más desarrolladas del planeta, para sostener reuniones bilaterales con el primer ministro indio, Narenda Modi, y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Salman Bin Abdul-Aziz al Saud, que también es ministro de Defensa y viceprimer ministro.
El presidente mexicano se ha visto obligado a acortar el viaje que inició el lunes pasado en Beijing para participar en el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) debido a la crisis sin precedentes generada por la desaparición de 43 estudiantes el pasado 26 de septiembre en la ciudad de Iguala en el Estado de Guerrero.
La ausencia de estos dos encuentros hubiera sido una «irresponsabilidad», dijo el presidente para justificar su viaje, durante el que realizó una visita de trabajo a China donde firmó una serie de acuerdos económicos.
Desde que el procurador de la República anunció hace poco más de una semana que algunos detenidos confesaron que habían matado a los estudiantes, los habían incinerado y arrojaron las cenizas a un río, México se ha visto sacudido por violentas manifestaciones reclamando justicia.
«Fuera el narcogobierno de Peña Nieto», rezaban algunos mensajes pintados el viernes por manifestantes en la capital de Guerrero, Chilpancingo, que estuvo encabezada por algunos padres de los jóvenes desaparecidos.
Este sábado en Brisbane, también hubo manifestaciones en contra de la presencia del mandatario mexicano en G20.
«¿Qué diablos está haciendo en Brisbane cuando debería estar en México resolviendo el problema?» se preguntó Sean Cleary, trabajador de una iglesia católica.
El manifestante espera que el presidente restaure la justicia en México tras esta probable matanza que ha puesto en evidencia la connivencia entre la política, fuerzas de seguridad y narcotráfico todo ello amparado ante la inoperancia de la justicia.
Padres de los desaparecidos y estudiantes, que rechazan la versión oficial, emprendieron el jueves tres caravanas por distintas regiones de México para exigir a Peña Nieto que siga buscando a sus hijos, quienes, según ellos, están secuestrados por policías de Iguala fugitivos. «Vivos se los llevaron, vivos los queremos», es su consigna.
Durante su viaje, Peña Nieto se ha visto también sorprendido por un escándalo destapado por la prensa que asegura que su esposa compró una lujosa mansión en 2012, valorada en siete millones de dólares, a una empresa mexicana asociada precisamente al grupo chino que ganó una licitación para construir una línea de tren de alta velocidad entre Ciudad de México y la industrial Querétaro y que días después el presidente anuló.