23 de noviembre de 2024

¿Jaime Díaz en camión?

Por Elvira Luna Pineda
La autora de esta columna es Abogada
y Vicepresidenta Nacional de la Academia de Género de la CONCAAM

 

De que estamos en una crisis social, económica y política, lo estamos, y no creo que alguien con elementos objetivos pueda argumentar lo contrario. Como toda crisis, sus efectos se potencializan de origen por el desatino en la administración y control de daños y de riesgos de las políticas y decisiones gubernamentales que se toman en los diversos ámbitos del poder público. Pareciera que ante una crisis como la que vivimos desde hace años, -aún tenemos los graves efectos de la que sufrimos en frontera en el 2008- y con las que se han cocinado en el presente, a los “altos dirigentes” sólo se les ocurre subir impuestos y gravar lo antes exento.

El tema de la homologación del IVA cual tsunami impacto de frente la economía de las familias fronterizas, arrasando incluso con planes de micro y medianas empresas que invertían capital y creaban fuentes de empleo de las que dependían decenas de cientos de familias en nuestra región. Sumado a esto desde lo local, el impuesto del Derecho del Alumbrado Público, que trasciende en ciudades como en Mexicali en los 13 pesos que nos cobran en cada recibo de luz, con el pretexto –porque no es justificación- de ser utilizado para el iluminar las calles y avenidas. Me pregunto: ¿Para el alumbrado público de dónde? Ya que las mayorías de las calles y avenidas de nuestra ciudad permanecen por las noches en plena oscuridad. Ahora también en Mexicali el aumento a la tarifa del camión.

Esto agrava la situación de una cantidad no menor de familias, que por la mala planeación de la ciudad y la especulación voraz que los gobiernos han hecho con la venta de terrenos para fraccionar en lugares verdaderamente inhóspitos, lejanos de escuelas, hospitales, centros laborales, mercados, es decir, aislados de los polos de desarrollo; sumado a la prehistórica planeación de rutas de transporte público, obligan a las personas a tomar de cuatro a ocho camiones al día.

Preguntó: ¿El sueldo de que obrero, trabajador o jefa de familia soporta esto? Y súmale los camiones de hijos e hijas que tienen que tomar para ir a preparatorias o universidades. Es una realidad, nuestra economía está afectada por esos “golden boys” que desde lo local no fueron a Harvard, pero que sin embargo se sienten la elite gubernamental con la necesidad de perpetuar sus privilegios a costa de una sociedad que ya no soporta más la extracción dolosa de lo que produce. Ante estas insensibles decisiones tomadas desde lo local vale la pena hacer algunas preguntas al alcalde Jaime Díaz que defiende lo indefendible.

Es defensor de los 13 pesos, es defensor del aumento a la tarifa al transporte público constituyéndose la tarifa de Mexicali como la más cara del país –claro, no el mejor servicio-, y defensor de la venta y tronadera de cohetes en estas épocas decembrinas en Mexicali, la ciudad más contaminada del mundo de acuerdo con diversos estudios realizados. Contaminación del aire que se asocia con algunas de las principales causas de muerte, según lo refiere el Instituto Mexicano para la Competitividad. Pero ante insensibilidad y oídos que se niegan a escuchar, vale la pena preguntarle al alcalde de Mexicali: ¿Hace cuánto tiempo no se sube a un camión? ¿Lo hizo alguna vez? ¿Ha tomado alguna vez un camión que se adentra en las colonias y ejidos de Mexicali  y ha tenido que bajarse en plena oscuridad y polvareda y tomar rumbo caminando en plena noche después de salir de la escuela o del trabajo? Lo dudo, porque si lo hubiese vivido en carne propia no estaría dirigiendo a Mexicali con estos desatinos y no estaría en sus decisiones tan apartado de esta sociedad que se asombra inerme ante tanta decisión absurda. Para la reflexión, las palabras expresadas por el ya emblemático Presidente José Mujica a los mandatarios de América Latina en la Cumbre Iberoamericana realizada en Veracruz: “Nuestra forma de vida debe estar embebida en la forma de las mayorías”. Nos leemos la semana entrante.

 

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