17 de abril de 2024

AMEBA

A Yona, master Lennoniano. A mi hijo Aaron, un Lennoniano en ciernes.
«Life is what happens to you while you’re busy making other plans.» Beautiful Boy – John Lennon

 

Lennon

Diciembre 8 de 1980, 10:50 de la noche. John Lennon baja de la limusina y llega al edificio Dakota en Nueva York, justo enfrente de Central Park, donde tiene su departamento. Había pasado la tarde en un estudio de grabación dándole los últimos detalles a “Walking on Thin Ice” una canción de Yoko Ono y cuya versión final traía grabada en una cinta que llevaba entre las manos. Al dirigirse hacia la entrada del edificio, vio al tipo que estaba resguardado entre las sombras pero que alcanzaba a verse, lo reconoció. Le había autografiado el disco “Double Fantasy” a media tarde, a la salida de su departamento cuando se dirigía al estudio y después de que la fotógrafa Annie Leibovitz le tomara, en sesión fotográfica para la revista Rolling Stone, la legendaria fotografía en la que, desnudo y en una especie de posición fetal abraza y besa a Yoko. Aquel tipo que esperaba entre las sombras, Mark David Chapman, no lo piensa dos veces, al paso del cantante saca su revolver .38 y dispara.

Lennon parecía haber encontrado estabilidad al llegar a 1980. Recién había salido “Double Fantasy” disco realizado en conjunto con Yoko Ono cuyas canciones habían sido compuestas durante un viaje en yate por las Bahamas. Aunque mal recibido por la crítica, contiene varios clásicos, canciones que se centran en la idealización de su matrimonio: “Just Like Starting Over” que es como el borrón y cuenta nueva con Yoko, después del llamado  “Lost Weekend”, esos 18 meses entre 1973 y 1975 en los que, separado de Ono se fue a los Ángeles a una pachanga perpetua; “Beautiful Boy” escrita para su hijo Sean, en la que trata de reconfortarlo de una pesadilla y le describe el amor que siente por él; La oda a la mujer “Women”; y “Watching the Wheels” en la que tira la piedra a todos los que cuestionaron su etapa de amo de casa desde el nacimiento de su hijo, en la que prácticamente se olvidó de todo, música incluida, para dedicarse a cuidarlo y hornear pan.

No había sido fácil llegar a ese estado de tranquilidad. El FBI aún seguía vigilándolo por sus activismo político; no era de confiar alguien que en plena Guerra Fría cantara cosas como “Imagina que no hay fronteras…Imagina que no hay religiones…Imagina que toda la gente vive la vida en paz”. Esto había retrasado su visa para vivir en Estados Unidos, la cual por fin ya tenía. Agregado a esto, los sabores y sin sabores del matrimonio; su temperamento natural, con esos cambios de humor y ese carácter difícil  que lo mantuvo distanciado de su primer hijo, Julian, por mucho tiempo;  su accidentada relación post-Beatles con Paul McCartney,  en la que un día sí y otro también, se tiraban indirectas el uno al otro, como compitiendo en quien hacia los mejores discos. Pero su hijo Sean le había traído tranquilidad: había hecho las paces con Paul, con su hijo Julian y tenía disco nuevo.

El mundo está loco y está lleno de locos. Quisiera escribir más líneas sobre alguna teoría que explique el asesinato de Lennon. Pero no hay más. Irónico que quien compusiera la que acaso es la canción más popular del siglo XX, “Imagine” abogando por la comprensión y el entendimiento entre los seres humanos  y pidiera permanentemente una oportunidad para la paz, muriera de esa forma tan violenta.  2 balas en la espalda. 2 en el hombro izquierdo. Y no fue por lo que pensaba. No fue por lo que cantaba. No fue por las posiciones que defendía. En un estado inconsciente Chapman sentía la necesidad de matar a una celebridad, veía a Lennon como un privilegiado y él solo era una persona más del montón. No había una causa en su actuar, solo un impulso inconsciente, esquizofrénico.

John Lennon nació como leyenda la noche que Mark David Chapman lo asesinó. Las balas solo hicieron surgir al ícono. Su música está destinada a perdurar. Cuando un chico de 11 años en el 2014 la siente tan fresca como cuando sonaba en los 60’s, no hay que dudar que estamos ante la nueva música clásica. Y esa idea es algo que  Mark David Chapman con su revolver .38 especial no pudo matar.

Lennon Personal

Para entender a John Lennon no hay de otra más que escuchar su música tanto en su etapa con los Beatles como solista. Hay para todos los gustos, desde las bellas baladitas de los 60’s hasta las acidas y experimentales. A continuación mi top ten personal (debo de confesar, sustentado básicamente en su etapa Beatlesca), que sirva de introducción a aquellos despistados que no han entrado al universo Lennoniano:

  • A day in A Life (Sargent Pepper)
  • In my Life (Rubber Soul)
  • Norwegian Wood (Rubber Soul)
  • Come Together (Abbey road)
  • Help (Help!)
  • Strawberry Fields Forever (Magical Mystery Tour)
  • I Should Have Known Better (A Hard Day’s Night)
  • Nowhere Man (Rubber Soul)
  • You’ve Got to Hide Your Love Away (Help!)
  • Woman (Double Fantasy)

Saul Mendoza Ch.

Twitter: @elamebo