Este 2024 inicia su recta final y México tiene por delante un 2025 rudo en cuanto seguridad interior se refiere con cifras oficiales nada halagüeñas como más de 5,000 homicidios en lo que vá de la administración entrante (datos del SNSP) y un áspero por venir en materia de seguridad exterior y binacional México-Estados Unidos. A pesar de que las autoridades lo han negado el Tren de Aragua (TDA) ha aumentado su presencia en nuestro país y en algunos lugares como Sonora, Chihuahua y Tamaulipas han sido subcontratados por organizaciones delincuenciales transnacionales para terciarizar ciertas operaciones como la extorsión y la trata de personas.
Los brotes de violencia en Sinaloa no han podido contenerse a pesar de que el secretario federal de seguridad, Omar García Harfuch se ha mudado a ese ya convulso estado para tratar de arreglar las cosas muy a pesar de la incompetencia de las autoridades estatales encabezadas por el gobernador Rubén Rocha Moya por lo que el Secretario Harfuch tendrá que solucionar con jugadores clave jugando en contra.
Un aspecto igual de preocupante que el de Sinaloa es la crisis de seguridad en Chiapas que ha generado desplazamientos forzados a causa de la violencia a Guatemala, el gobernador entrante así como el nuevo Secretario de Seguridad Oscar Aparicio tendrán un reto titánico por delante
Todo lo anterior sin olvidar a las autoridades locales de México (estados y municipios) donde por recortes presupuestales federales desde la administración saliente, así como la muy pobre capacidad de articular esfuerzos para hacer un frente común contra la violencia y la delincuencia han provocado vacíos de poder que la delincuencia común y organizada han sabido aprovechar.
A este complicado panorama agregamos la presión que la administración del próximo Presidente de Estados Unidos pondrá a México ¿realmente se gestará una invasión suave a nuestro territorio? ¿realmente habrá deportaciones masivas de inmigrantes ilegales y prisioneros a México?
Estas son dos incógnitas de muchas que se tienen sin olvidar la cereza del pastel el (casi un hecho) nombramiento del excoronel Ronald Johnson como su propuesta para la Embajada en Ciudad de México en sustitución de Ken Salazar, con más de una década de experiencia en las Fuerzas Armadas, 20 años en la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y experiencia diplomática en América Latina en escenarios complejos como en El Salvador será un factor clave para presionar a nuestro país a que las autoridades generes acciones reales y que funcionen; en primer lugar en México, para que Estados Unidos vea disminuidas las amenazas de seguridad que llegan desde México como pueden ser: violencia, drogas, terrorismo y migración ilegal.
Lo que hace diferente el nombramiento de Johnson es que es un veterano con experiencia real de combate, geopolítica e inteligencia por lo que se va dar cuenta de inmediato si las autoridades mexicanas no están siendo del todo “sinceras” con su mayor socio comercial, en pocas palabras y en un español claro “no le van a vender chiles a Herdez” así que tendremos un embajador norteamericano sumamente activo y proactivo, este cambio de marcha nos hará pasar del Vaquero Woody al miembro del comando estelar Buzz Lightyear, por lo que la relación binacional México-Estados Unidos se pondrá más interesante y dramática que novela coreana en servicio de streaming.
No estamos bien, nuestro amado México está herido, ensangrentado, pero no derrotado, es cierto que debemos exigir un cambio que nos permita recuperar la seguridad y la paz, poder ser capaces de ver de nuevo niños en las calles jugando, mujeres caminando por las calles sin el temor de ser violentadas de alguna forma, pero también es hora de hacer de nuestra parte, a fin de cuentas, la seguridad no tiene un solo responsable, se genera a través de la corresponsabilidad. ¿Es indignante que un país (sea cual sea) este presionando a nuestra patria para cambiar estrategias? Si, sin duda, pero lo más indignante, triste y descorazonador es que solo así se puedan cambiar las cosas. En lo personal no soy fan de cómo se hicieron las cosas en la administración pasada. Sin embargo, todos tenemos que apoyar en la esfera de responsabilidad de cada uno de nosotros para que nuestro México vuelva a ser aquel México seguro y en paz.