Por Carlos A. Vences Espíndola
Si Rogelio Funes Mori hubiera nacido en la Ciudad de México, en Zamora (Michoacán), Monterrey o Acapulco, y no en Mendoza, Argentina, pocos cuestionarían su inclusión en la delantera de la selección mexicana de cara a la Copa Oro y, más importante aún, que busque un lugar rumbo al Mundial de Qatar 2022.
De llamarse “Rogelio Sánchez Márquez” posiblemente la discusión se centraría en su capacidad goleadora y no en que es un jugador naturalizado. En lo personal, nunca he entendido este sentido nacionalista de jugar “con puros mexicanos”.
La Eurocopa que ha sido un torneo de lo más espectacular y brillante, con equipos que han dado muestras de calidad indiscutible y donde el debate de los nacionalizados o “agentes dobles” está superado. Thiago Alcántara (España), Raheem Sterling (Inglaterra), Emerson Palmieri (Italia) y Robert Skov (Dinamarca), son semifinalistas y ninguno nació en el país cuyo jersey llevan en el pecho.
Según una nota del diario Marca del 9 de junio, “65 jugadores defenderán en la Euro a países que no coinciden con su lugar de nacimiento. Sólo Polonia y Alemania no tienen “extranjeros”; tan solo la selección de Gales presentó a 11 jugadores no nacidos en ese país, la mayoría nacidos en Inglaterra.
De regreso en México, Funes Mori ha acumulado más de 170 anotaciones desde su debut en 2009 con el River Plate, uno de los grandes del futbol pampero. Desde su llegada a Rayados de Monterrey en el Apertura 2015, ha acumulado 121 goles y 34 asistencias; previamente jugo para el Benfica de Portugal y tuvo un breve paso por el Eskişehirspor de Turquía.
A sus 30 años, el jugador de 1.90 metros de estatura ya fue campeón de Liga y Copa con el Benfica. Con la escuadra norteña, ha conseguido dos Copas México (2017 y 2020), una Liga de Campeones y un título de Liga, ambos en 2019.
La primera prueba de fuego para el “Mellizo” y el “Tata” Martino, director técnico de la Selección Mexicana -que prefirió al nacionalizado por encima de Javier “Chicharito” Hernández- fue superada. Si bien el rival era débil, en un partido de los llamados moleros contra Nigeria, a Rogelio solo le bastaron cuatro minutos y medio para romper las redes.
La sociedad que puede darse con el “Chucky” Lozano, “Tecatito” Corona, Héctor Herrera y Erick Gutiérrez, se ve sólida y con futuro en el mediano plazo. Por lo visto el seleccionador del Tri está más allá de la discusión de los naturalizados y no se dejará enganchar en un debate estéril.
Apuntes en tiempo extra
“Es un idiota; sal de mi maldito camino”, así se escuchó en la transmisión del Gran Premio de Austria cuando Charles Leclerc (Ferrari) trató de rebasar de forma poco ortodoxa a “Checo” Pérez en la vuelta número 46. Si bien el mexicano pudo mantener la posición, los jueces de la carrera castigaron por segunda ocasión a Sergio y con diez segundos de penalización, “Checo” solo pudo alcanzar la sexta posición.
Tras la novena carrera del serial, Pérez aún mantiene el tercer lugar en el campeonato de pilotos con 104 puntos, pero Lando Norris (McLaren) se acerca peligrosamente y con el podio obtenido llegó a 101 unidades. La carrera por el tercer puesto parece más reñida que la del primer lugar, pues con su tercer triunfo al hilo Max Verstappen (Red Bull) se aleja a 182 puntos, 32 más que el heptacampeón Lewis Hamilton (Mercedes) que va dejando unidades importantes en el camino.
Al cierre de esta columna, comenzó la semifinal de la Copa América entre Brasil y Perú, finalistas de la anterior edición y que miden fuerzas en Río de Janeiro. Si bien ya se enfrentaron en la jornada dos, con un abultado marcador de 4-0 a favor de los cariocas, los peruanos han venido de menos a más y muestran un juego agradable. Brasil es favorito pero no es invencible.
En la otra semifinal Argentina y Colombia disputarán su derecho para llegar a la final. Si bien a nivel de clubes su palmarés con el Barcelona es extraordinario, Lionel Messi (64 años) tiene una deuda con la selección argentina y tiene ante sí una de sus últimas oportunidades para hacerse de la Copa América, tiene cuatro goles en el torneo y es la razón por la cual su escuadra va invicta.
La final soñada de América del Sur, Brasil vs Argentina, está a la vuelta de la esquina.