Tuvieron que pasar un poco más de 10 años para leer de nuevo el asesinato de un policía al momento de abordar un vehículo en Baja California, Rosarito para ser exactos.
El último caso según recuerdo fue en el 2009 en Tijuana en el fraccionamiento El Refugio cuando elementos policiacos intervienen un vehículo en donde desde el interior los tripulantes disparan ráfagas de metralleta a discreción falleciendo un agente y otro quedó gravemente herido.
Después del 2005 en Baja California existió un ajuste a los protocolos de actuación operativa policial, entrenamientos y ejercicios actualizados para minimizar los riesgos físicos para agentes policiacos, cursos, actualizaciones incluso competencias nacionales y ahí en donde se apreciaban errores y hacer ajustes a técnicas y tácticas policiales, desde portar el equipo adecuado hasta el patrullaje y elaboración de los informes policiales.
Rosarito ciudad altamente turística y observada internacionalmente parece que no cumple con la supervisión de tales normas de seguridad para sus elementos policiacos, a finales del mes de agosto un agente motorizado que se encargaba de regular el tránsito vehicular y de carga fue asesinado en la ciudad, lo relevante de esto es que no contaba con chaleco anti balas o no era el adecuado si lo portaba según las imágenes en grupos digitales.
Así es mis estimados lectores, en pleno 2024 en donde la inseguridad se desborda en Baja California y los asesinatos de policías son cotidianos, un agente preventivo si chaleco antibalas perdió la vida al momento de abordar un vehículo con personas al interior, supongo que estos, los presuntos responsables infringieron el reglamento de tránsito a lo que el agente decide abordar el vehículo, avisándole al conductor que detuviera la marcha para ser inspeccionado, al momento de acercarse el policía y quizá confiado de el famoso no pasa nada en el circulo policiaco del interior del carro realizan detonaciones de arma de fuego contra el policía mismo que hasta ahorita se aprecia que no contaba con su chaleco antibalas de cargo puesto o el adecuado ya que un impacto fue a la altura del pecho nos atrevemos a afirmar en la nota.
De inmediato consultamos agentes especializados en la materia y nos informaron lo siguiente.
1.- No todos los chalecos antibalas que compran los ayuntamientos reúnen las características para la estructura física del agente, únicamente se van por la libre y compran tallas estándar sin tener en cuenta que incluso mujeres deben de utilizar el chaleco con molduras especiales.
2.- Si es verdad que son incómodos y más cuando los horarios laborales que te exigen en la policía mexicana son indiscriminadamente absurdos, cuando mucho uno debe de pasar más de 6 horas con el equipo puesto para que el cuerpo no sufra fatiga.
Otro agente especial nos informa que la falta de supervisión fue vital en este trabajo y aquí vemos la nula vigilancia del jefe policiaco, es necesario en México exigirles a los policías utilizar los chaleco durante su servicio sin embargo también existe la posibilidad de no usarlo por sentirse confiado pero confiado a que? A qué no pasará nada?
Resumiendo esto quiere decir que los agentes policiacos sin chaleco en horarios laborales ya saben que no les pasará nada?
Quiere decir que el no utilizar el chaleco es por qué están trabajando en una zona segura?
Entonces la delincuencia en esa zona los conoce?
Entonces los delincuentes ya saben a quien dispararle y a quien no?
Estás y más preguntas que quedan al aire y por conjetura son objetivas, que caso tiene que el ayuntamiento gaste millones de pesos en equipamiento cuando el policía no lo utilizará, que caso tiene ese gasto cuando el jefe no supervisa la tropa, un gasto innecesario que bien aplicado y supervisado salva vidas.
Esta es la tercera nota que se elabora referente a la portación adecuada de chalecos antibalas y agentes de seguridad pública sin embargo vemos que la confianza y la falta de compromiso de la supervisión de jefes a los elementos es fundamental para prevenir desgracias y dejar familias desamparadas, hoy por hoy tal parece que desde los 90s esas costumbres no son erradicadas en Baja California y menos en Rosarito.
Esta columna no refleja la opinión de Plural.Mx, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor