La Reseña – Necesitan nuestra Ayuda

Por América Garibay Martínez

¿Qué es la red de tortura de gatos?

Se trata de una red de personas que se dedican a cometer y filmar/fotografiar actos de crueldad animal extrema, para compartir e intercambiar contenido gráfico de estos, tanto por dinero como por sádico entretenimiento.

En base a la información que se ha obtenido y las identidades que se han expuesto, sabemos que esta red de abuso se origina y opera principalmente en China, aunque es claro que por su factor virtual esta ha alcanzado audiencias y participantes internacionales; se sabe que su actividad y reparto de contenido se realiza mayormente en las plataformas Weibo (app exclusivo a China), y Telegram, caracterizada por su política de privacidad y libertad de expresión, por lo que no censuran ningún tipo de contenido y facilitan el anónimato.

Por supuesto esto último solo promueve y abre espacios a comunidades como esta, dejando atrás su necesidad de estrategias para proteger contenido gráfico e ilícito.

Es incierto cuándo exactamente estos abusadores comenzaron a establecer la comunidad online que tienen hoy en día, pues el primero de estos casos que tuvo difusión masiva fue hasta 2015, cuando se sacó a luz la actividad de Lei Li, de Wuhan, China– uno de los muchos torturadores de gatos.

Sin embargo se descubrió que su trayectoria de agresor tiene más de 20 años. Y, hasta la fecha, sigue siendo uno de los miembros más activos de la red; torturando a más de 100 gatos en 2023.

Se sabe también que estos individuos consiguen tanto gatos callejeros, como de casa. Por esto último sí pueden ser penalizados en caso de ser denunciados, pero solamente en base a robo de propiedad, ya que ante la ley los animales son considerados exclusivamente eso. Otro método que usan para conseguir víctimas es fingir ser adoptantes normales.

La cruel realidad

El contenido que han producido a lo largo de los años (al menos el poco que ha llegado al público) nos ha mostrado gráficamente a qué tipos de tortura someten a estos seres.

Estos gatos han sido:
•Golpeados a muerte
•Ahogados y ahorcados
•Hervidos, electrocutados y quemados vivos
•Apuñalados en los ojos y/o extirpados de estos
•Desmembrados y desollados vivos
•Molidos en licuadoras
•Clavados a tablas para inmovilizarlos y prolongar el dolor
•Privados de alimento y agua, forzados a consumir otras sustancias (sus propias heces, químicos, veneno, etc.)
•Hembras embarazadas diseccionadas vivas y forzadas a comer sus propias crías.
Entre muchas otras cosas.

El mayor problema

Esta actividad prospera impunemente por la ausencia de leyes de protección animal en China y, con la incesante y creciente presencia de esta, los activistas y comunidades defensoras de derechos animales como Guardianes Felinos (Feline Guardians) se han unido para exigir al gobierno chino una intervención de su parte y que se haga justicia.

Sin embargo, hasta ahora los resultados de todos los esfuerzos hechos han sido casi nulos– establecer comunicación directa con el congreso nacional chino es muy difícil (en especial para extranjeros), y las cartas y peticiones que han logrado hacerles llegar apenas han tenido respuesta alguna. Incluso los eventos y manifestaciones que se han organizado alrededor del mundo han obtenido muy poca atención de los medios.

Hasta ahora y recientemente, uno de los mayores avances alcanzados ha sido el aparente interés de algunas embajadas chinas en Latinoamérica, las cuales han expresado simpatía e interés de intentar ayudar la causa.

Pero no ha logrado nada más allá de eso.

Evidentemente la dificultad que enfrenta este movimiento es enorme, probablemente por varios factores.

Quizás en primer lugar está la debatida (no obstante globalmente aceptada) jerarquía del valor de vida, autonomía y derechos que le otorgamos a cada especie, basada en niveles de inteligencia; en vez de la consciencia y capacidad de sentir dolor.

Esto obviamente reduce el tema de crueldad animal a algo arbitrario en la sociedad, sin suficiente importancia para ser verdaderamente evaluado o considerado.

Luego, en el caso de China, está la amplificada dificultad de conseguir reformas de ley, debido a la forma de gobierno que tienen.

Además están los aspectos culturales del país, los cuales tienen cierta relación con el tema, aunque eso se puede desglosar en otra ocasión.

Por otra parte, es importante recordar que este tipo de atrocidades se llevan a cabo en todo el mundo entre la infinidad de ejemplos que podríamos mencionar está este hecho (Indignación por tortura y muerte de un gato en fiestas tradicionales de México) que ocurrió aquí en México este pasado verano y se viralizó en redes, pues la cantidad de casos de crueldad animal expuestos día a día a nivel internacional es enorme; y aún así solo son la punta del iceberg, ya que finalmente es poco lo que se filtra al público.

Sin embargo es verdaderamente urgente y necesario visibilizar este contexto específico por la magnitud de impacto a la que ha llegado.

Debemos actuar

Desafortunadamente detener este tipo de atrocidades por completo es, y probablemente siempre será imposible, pero eso no quiere decir que todos los cambios lo sean.

Unámonos para hallar maneras de ayudar, y salvar a estos seres vulnerables de la crueldad.

Para informarte más, aprender formas de participar y/o dar seguimiento a la problemática, puedes visitar la página oficial de Guardianes Felinos (felineguardians.org)
o seguir las cuentas de Instagram relacionadas:
@feline_guardians
@guardianes_felinos
@feline_guardians_mexico

Esta columna no refleja la opinión de Plural.Mx, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor