Tijuana BC 30 de junio de 2020.- Estamos por iniciar el cuarto mes, desde que en Baja California tuvimos que mantenernos confinados por la pandemia provocada por el COVID – 19, aunque algunos giros ya han iniciado operaciones, la realidad es que no vemos un panorama claro, ni una fecha concreta en la cual podamos salir a la tan sonada “nueva normalidad”, fuera de ello, lo que si tenemos es una realidad en la que Baja California tiene los índices de pérdida de empleo más grande desde hace décadas.
De acuerdo con las cifras del IMSS entre noviembre de 2019 a mayo de 2020 los empleos permanentes perdidos ascienden a 26 mil 858, cifra superior a la que se registró en el periodo de la Gran Recesión, con menos 21 mil 302 empleos puestos de trabajo (fuente IMSS con interpretación de Monitor Económico).
Entre los sectores afectados resalta el comercio, transporte, comunicaciones, construcción, el agropecuario, entre otros, básicamente el único rubro que ha podido mantener su planta laboral es la industria.
Si bien, en unos días, estamos por iniciar la nueva era en cuestión de comercio internacional a través del T-MEC, y suponer que esto pudiera ser una gran oportunidad para impulsar la mayoría de los sectores productivos, la realidad es que desafortunadamente el panorama es de incertidumbre.
A los organismos encargados de la promoción, les resulta complicado atraer inversiones, entre otras cosas, por la falta de certeza jurídica a las inversiones, cuando tenemos cambios constantes de leyes y reglamentos, aumento de impuestos, presiones fiscales; por el contrario, estas acciones abonan a la pérdida de fuentes de trabajo y cierre de empresas que es precisamente lo que se quiere evitar.
Otro claro ejemplo lo vemos en los recursos del FIDEM, recurso que como bien sabemos, se cobra a través del Impuesto Sobre Nómina, el cual se ha tenido que pagar, aún cuando las empresas no hayan tenido ingresos, a la fecha, el adeudo del 2020, asciende a más de $170 millones de pesos, recursos tan necesarios en estos momentos ahora que iniciamos la etapa de reactivación económica; recursos que se invierten directamente en la realización de proyectos productivos de desarrollo económico, en la promoción y atracción de inversión económica, en atracción turística, capacitación, proyectos de infraestructura, además de proyectos importantísimos como son los educativos y de seguridad.
La realidad es que el sector empresarial ha tendido su mano de muchas maneras, ¡hemos insistido en que no hay otra manera de salir adelante que no sea en equipo, sector productivo y gobierno, no podemos perder tiempo, pues está en riesgo nuestra economía y por ende nuestro bienestar!