El pasado 27 de diciembre, en medio de las fiestas decembrinas, se llevó a cabo una inusual reunión por parte de una delegación de funcionarios de Estados Unidos encabezada por el mismísimo secretario de Estado, Antony Blinken en Palacio Nacional y el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
¿Por qué interrumpir el periodo vacacional para una reunión de tal envergadura? A pesar de lo que se pudiese pensar esto no es normal, por lo menos si no es para algo muy importante, y sobre todo con las características en la cual se pactó esta reunión, como decimos los del norte: “fue en caliente”.
La reunión tenía un fin, pero con más aristas de las que se pueden imaginar o reportar, el fin era mostrar avances en materia de migración, uno de los principales dolores de cabeza del presidente Joe Biden para conseguir la reelección en 2024, en un momento en que el Partido Republicano presiona a Biden para que adopte medidas contra la migración a cambio de que sus congresistas aprueben nuevas ayudas para Ucrania. Situación que no debería estar pasando el mandatario estadounidense si el jefe del ejecutivo mexicano hubiese cumplido con lo pactado en la reunión que sostuvieron en la pasada cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en San Francisco, California, el 17 de noviembre de 2023.
El mandatario mexicano ha reconoció en diciembre pasado un aumento del 31% de las detenciones de migrantes en la frontera de México con Estados Unidos mientras que, según autoridades estadounidenses, alrededor de 10,000 migrantes, tratan de entrar sin permiso a diario por su frontera sur, casi el doble que antes de la pandemia.
Justo unos días antes de eso, el 4 de diciembre, el jefe de la agencia migratoria mexicana, el Dr. Francisco Garduño Yáñez había ordenado la suspensión de traslados y devoluciones de migrantes en situación irregular, por falta de dinero en el Instituto Nacional de Migración (INM), justo en un año en el que, como se describió anteriormente, se han batido récords en el flujo de desplazamientos hacia Estados Unidos.
Definitivamente se trató de un encuentro no muy amigable, es un hecho que el gobierno de Estados Unidos comenzará a meter más presión a una administración federal que no ha cumplido con los compromisos antes pactados. El desdén por los compromisos adquiridos, así como de la crisis que en materia migratoria y de seguridad que se tiene en México es insostenible y Estados Unidos puede amenazar a México con redireccionar los apoyos logísticos y económicos que brinda en estos rubros. Lo anterior es porque no puede cubrir tantos frentes como el de Ucrania (como ahora exigen la bancada republicana), Israel y su dolor de cabeza en los últimos 5 años: México. Aunque nuestro país no ha ratificado el protocolo adicional II a los Convenios de Ginebra en materia de protección a víctimas de los conflictos armados no internacionales (porque México considera que no hay uno en su territorio), la verdad es que las consecuencias de la violencia en nuestro país son equiparables a las de un país en guerra. Y la ayuda que se recibe por parte de La Oficina Internacional de Asistencia Antinarcóticos y Cumplimiento de la Ley (INL, sus siglas) a través del Acuerdo Bicentenario (antes Iniciativa Mérida) puede también peligrar.
La pregunta de oro sería: ¿Qué podría hacer Estados Unidos si el gobierno mexicano no logra disminuir los flujos migratorios con destino a la Unión Americana? Así como AMLO ha querido influir con los migrantes en Estados Unidos para que voten de un lado u otro. El gobierno norteamericano puede acelerar su muy eficiente maquinaria propagandística que siempre le ha caracterizado para “castigar” de alguna forma el proyecto de las cuarta transformación que encabeza AMLO, sin dejar de largo sanciones en materia económica o reducciones de las ayudas en materia de seguridad que a través del Acuerdo Bicentenario llegan a México lo que perjudicaría, en primera instancia a una sociedad mexicana desesperada por un poco de paz y seguridad, y en segunda instancia, podría en duda si la continuidad con la ahora candidata oficialista, Claudia Sheinbaum, es el camino que el país debe seguir.
La crisis migratoria es alarmante y no son solo migrantes centroamericanos los que intentan llegar a Estados Unidos a través de nuestro país. México lamentablemente también aporta un número significante de migrantes desplazados por la violencia y la criminalidad en sus comunidades, así como las fallidas políticas económicas que la presente administración federal ha promovido. También es alarmante para Estados Unidos una migración de la que casi no se habla…la migración del terrorismo la cual ha aumentado de forma considerable, recordemos el pasado agosto donde un contrabandista ligado al Estado Islámico ayudo a migrantes con carácter de ilegales cruzar a estados unidos desde México. Los nexos que han tenido tanto el Cartel de Jalisco Nueva Generación como el de Sinaloa con el grupo terrorista Hezbolá en las últimas dos décadas (¡sí!, así como lo leyó, ya dos décadas); o la llegada de migrantes a Mexico desde Trinidad y Tobago, país insular en el mar caribe el cual se le ha declarado “la nación más radicalizada hacia el yihadismo del mundo per cápita”, sin dejar de lado el cruce de ciudadano de origen chinos que han llegando por los cientos todos los días han solicitado el asilo político, lo que agranda las tensiones entre China y Estados Unidos, muchos de estos ciudadanos con habilidades específicas se han visto envueltos en casos de espionaje y robo de propiedad industrial. Es un hecho que miembros de la delincuencia organizada han colaborado de forma directa o indirecta con grupos terroristas desde el territorio nacional lo que para muchos círculos de poder dentro de estados unidos demuestra lo que el ex director de la CIA y Ex Secretario de Estado del presidente Trump, Mike Pompeo declara en su última obra “Never give a Inch”: «Mi evaluación es que México como refugio seguro y punto de lanzamiento de operaciones terroristas en Estados Unidos es una posibilidad sería dentro de los próximos diez años».
Como ultimo vértice de este problema multifactorial tenemos que, aquellos migrantes que no logren llegar a cruzar la frontera, se quedarán en nuestro país lo que puede generar que muchas ciudades colapsen por no poder brindar servicios públicos a una multitud de migrantes que buscan desesperadamente el poder sobrevivir y mejorar su calidad de vida, sin dejar de lado que existen entre estos migrantes legítimos habrá muchos delincuentes y miembros de pandillas que intentaran expandir sus territorios y zonas de influencia. Si las comunidades han fracasado para poder generar políticas económicas eficientes, imagínense con cientos o miles de personas que llegan súbitamente, la necesidad de servicios públicos sería terrible.
Usted dirá mi estimado lector, bueno, esto que relatas que si ya pasó…bueno, si pasó peeeeeeeeeeeeeeero ya dio su primer resultado palpable, y es que el pasado 2 de enero, el gobierno de México disolvió la última caravana de migrantes, que se encontraba desde finales de diciembre en el sureño estado de Chiapas, tras comprometerse a procesar a sus integrantes y otorgarles eventualmente algún tipo de documento que les conceda la estancia legal en el país (no que no).
Lo anterior refleja el nivel de reclamo hecho por la unión americana, pero también refleja la poca visión que tiene el gobierno federal, si no puede procurar servicios publico mínimos para los propios mexicanos, menos para los miles de migrantes que llegan a México… Ahora sentiremos lo que en la Unión Americana sienten con la llegada masiva de migrantes, ojalá nos de algo de empatía para entender que sí, la migración es un derecho humano, pero siempre y cuando sea por gusto u oportunidades laborales. No es ningún orgullo que los Estados utilicen las cifras de remesas recibidas por sus connacionales en el extranjero cuando huyen por necesidad o de la violencia en sus países de origen.
*El Mtro. Guillermo Alberto Hidalgo Montes, es especialista en seguridad pública y privada. Fue Rector de la Universidad Policial de Guerrero, Director de la academia de las Fuerzas de Seguridad del Estado de Puebla, Rector de la Universidad de Policía de la Ciudad de México y Actualmente Director del Instituto de Formación Profesional del estado de Hidalgo.
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