En los últimos años, tablas de un material parecido al caucho procedente de Indonesia han aparecido misteriosamente en las playas de Reino Unido y el norte de Europa. Se ha creído que provenían del Titanic, pero ahora una mujer británica que se dedica a limpiar playas cree haber resuelto el enigma
Tijuana B.C. (Agencias) 6 de diciembre de 2014.- En el verano de 2012, Tracey Williams paseaba a su perro por la playa cerca de su casa en Newquay, Cornwall, cuando se encontró una tablilla negra en la arena, hecha de un material que parecía caucho.
Parecía una tabla de cortar de cocina y llevaba inscrita la palabra «Tjipetir». Semanas más tarde, se encontró con una pieza similar junto a fardos de caucho en una playa distinta.
Le picó la curiosidad y comenzó a investigar sobre los orígenes de esas tablas. Lo que averiguó tiene que ver con historias de naufragios, una tragedia de la Primera Guerra Mundial y el Titanic.
También supo que esas tablas habían estado apareciendo en playas de todo el norte de Europa, sorprendiendo a todos los que se las encontraban.
En la prensa se ha especulado sobre la procedencia de estas tablas.
Pero Williams cree que ha dado con la solución al misterio, y concuerda con lo que creen las autoridades británicas.
La palabra Tjipetir resultó ser el nombre de una plantación de caucho en Java Occidental, Indonesia, que operó a finales del siglo XIX y principios del XX.
Las piezas no eran estrictamente caucho. Son más bien algo como gutapercha, un sucedáneo de este material que se encuentra en los árboles de la Península Malaya y en Malasia. Hasta mediados del siglo XX fue usado para aislar cables telegráficos en el lecho marino.
Titanic
Antes de que se generalizara el uso del plástico moderno, el gutapercha era usado para fabricar productos como pelotas de golf, narices de ositos de peluche, marcos de cuadros y joyería, entre otros.
Williams empezó a dar detalles de su investigación en una página de Facebook, lo que llevó a otras personas a revelar sus propios hallazgos de gutapercha, que a menudo eran hechos cuando limpiaban sus playas.
Así, entró en contacto con gente no solo en Inglaterra y Gales, sino también en España, Francia, Holanda, Alemania, Noruega, Suecia y Dinamarca,
Se ha especulado que la gutapercha podría venir de los restos del Titanic y de hecho Williams averiguó que el famoso buque transportaba un cargamento de ese material.
Entonces, en el verano de 2013, Williams descubrió que podrían proceder de otro barco.
Tras contactar a dos personas por separado, que no quisieron dar sus nombres, ambas señalaron a otro naufragio distinto. Le dijeron que una empresa estaba recuperando el cargamento de un navío japonés, el Miyazaki Maru, que fue hundido durante la Primera Guerra Mundial, y que transportaba las tabletas de Tjipetir.
Se hundió 241, 5 kilómetros al oeste del archipiélago británico de las Sorlingas.
Williams dice que mientras se efectuaban las operaciones para recuperar el cargamento de la bodega, se liberaron las tablas de gutapercha y los fardos de caucho.
Ella no es la única persona que cree que las tablas proceden del Miyazaki Maru.
Así lo cree también Alison Kentuck, la funcionaria del gobierno británico que administra los restos de naufragios, la Receiver of Wreck (Receptora de Restos de Naufragio).
«Nuestras averiguaciones al respecto apuntan a ese naufragio. Así que aunque no lo hemos confirmado, nuestra principal hipótesis es que proceden del Miyazaki Maru», dice Kentuck.
Ese barco japonés fue alcanzado por un submarino alemán, un U-88, capitaneado por Walther Schwieger, considerado uno de los más grandes capitanes de submarinos de guerra.
Schwieger estaba al frente de otro submarino alemán que en mayo de 1915 hundió el RMS Lusitania, un buque de pasajeros que se dirigía desde Nueva York a Liverpool con 1.924 pasajeros.
Aquel notorio evento supuso la muerte de más de 1.100 personas, entre ellas más de 100 estadounidenses y se cree que pudo acelerar la entrada de EE.UU. en la guerra.
Ruta de Colón
El oceanógrafo Curtis Ebbesmeyer, que se especializa en restos flotantes de naufragios, cree que las tablas de Tjipetir podrían tener siglos de antigüedad. «De acuerdo con lo que hemos averiguado, han entrado en las corrientes oceánicas. Solo hacen falta 25 años para que los restos flotantes comiencen a dar la vuelta al mundo, y es probable que ya la hayan dado tres veces», estima.
«Están en buenas condiciones después de todos estos años, lo que no es normal. Probablemente la gente las seguirá hallando dentro de 100 años».
Ebbesmeyer cree que las corrientes podrían llevar las tablas desde España hasta América «tomando la misma ruta que hizo Cristóbal Colón», para terminar posiblemente en Florida. Las que se han encontrado en el Mar del Norte «deberían pasar por el norte de Noruega, tomar rumbo al este hacia Siberia, pasar por el Estrecho de Bering hasta el Pacífico Norte y llegar desde ahí a distintos lugares».
Varias personas han dicho haber hallado tablas de Tjipetir en 2008, antes de que comenzaran las tareas de rescate del cargamento en el barco japonés.
Una persona dijo que encontró una de estas piezas hace más de 30 años y que la usaba como tabla para cortar pescado en su barco pesquero.
«Muchos barcos transportaban gutapercha, así que es posible que ese cargamento en particular viniera de más de una fuente», dice Williams, que está escribiendo un libro sobre la historia de Tjipetir. «Muchos creen que es un producto contaminante, pero la gutapercha es natural así que se degrada. He visto bloques desintegrándose en la playa».
«Quizás otras empresas están recuperando el material de otros restos de naufragios de la Primera Guerra Mundial. ¿Es posible que algunas de ellas vengan del Titanic? No lo sé».