Cómo proteger tu economía durante la crisis sanitaria

Tijuana BC 22 de mayo de 2020.-En estos momentos difíciles, es esencial que blindes tu cartera. Que el mundo y México entrarán en recesión, ya es un hecho. 

Ante este panorama, lo mejor es anticiparse y contar con un plan de contingencia que te permita pasar de la mejor manera esta situación, desde tu casa. En este artículo, con la ayuda de Raimon Moreno (experto en economía de la página Financer.com), te queremos dar unos consejos para que la crisis que estamos viviendo afecte lo menos posible a tus finanzas personales.

Tu salud, lo más importante

Es imprescindible que preserves tu salud y siempre sigas las indicaciones de las autoridades sanitarias y los médicos. Piensa que si te enfermas dejarás de ingresar dinero.

Eso es así porque tú eres el principal activo de tu economía. Es decir, eres tu principal recurso, por lo que, si te falta la salud, verás como esto tiene un efecto negativo en tu trabajo.

Cuidado con lo que compras

No compres productos que realmente no necesites. Es decir, no caigas en el pánico generalizado y empieces a comprar todo lo que se te pone por delante y que realmente no es una necesidad.

Por ejemplo, comprar papel higiénico en grandes cantidades no tiene sentido porque te puede dejar sin dinero para otros productos que realmente sí necesitas. Es imprescindible que seas prudente con lo que gastas en estos tiempos de crisis.

No malgastes el dinero ahorrado

Si cuentas con un fondo de emergencia, no lo malgastes con productos y bienes que no necesitas. 

Te recomendamos que solo lo utilices en caso de una emergencia como, por ejemplo, si te quedas sin empleo o si te quedas en casa sin poder cobrar.

Ahorra todo lo que puedas

Si es un hábito que ya tienes, continúa con este. En caso contrario, es momento de intentar ahorrar (aunque te pueda parecer difícil en estos tiempos).

Es necesario que, en la medida de lo posible, tengas una cierta cantidad ahorrada. Debes tener en cuenta que, desgraciadamente, existe el riesgo de perder tu empleo si la situación se prolonga.

Una de las mejores formas para empezar a ahorrar es que solo compres lo que es necesario. Es decir, tus compras deben ser de bienes necesarios de la canasta básica.

Si tienes deudas, intenta renegociarlas

En esta situación, lo mejor que puedes hacer es contactar con los bancos o entidades prestamistas para renegociar las deudas. Por ejemplo, hay empresas que han decidido dar diferentes facilidades a sus clientes.

En el caso que sea una tarjeta de crédito, puede que tengas que elegir entre pagar el mínimo para mantener dinero en tu bolsillo. Así lo podrás utilizar ahora.

¿Es buena idea pedir prestado?

Lo ideal es que no sea la primera opción. Sin embargo, si no te queda alternativa, lo mejor que puedes hacer es comparar las diferentes opciones que hay.

Por suerte, existen páginas que hacen esa comparación por ti, por lo que elegir un préstamo personal es más fácil y te ahorra mucho tiempo.

Ahorra en todo lo que puedas en casa

Las personas que se pueden quedar en casa como medida de prevención a la propagación del virus, tienen que cuidar los usos de los servicios. Ten en cuenta que, a cuanto más tiempo se pasa en casa, más aumenta el consumo de luz, agua, gas y demás.

Aunque pueda parecer difícil, sí es posible ahorrar en estos aspectos. Por ejemplo, aprovecha la iluminación natural e intenta no encender las luces hasta que no sea realmente necesario.

Los pequeños ahorros suman para uno más grande, por lo que tus finanzas al final lo van a notar de forma positiva.

Paga lo que debes

Es imprescindible que estés al día de tus deudas y facturas. Afortunadamente la economía se irá recuperando tras el golpe inicial, por lo que habrá más dinero para afrontar los pagos.

¿Es buen momento para invertir?

Si tienes recursos para realizar una inversión, ahora es un buen momento para hacerlo. Acude a un experto para ver cuáles son las mejores opciones. 

Sin embargo, ten en cuenta que todas las inversiones tienen sus riesgos: por muy seguras que parezcan, siempre hay la posibilidad de perder el dinero invertido.