23 de noviembre de 2024

Tijuana B.C. (Agencias) 8 de diciembre de 2014.- Esta semana vimos cómo el gobierno de Obama está impulsando una medida por la cual los policías de los Estados Unidos tendrán que llevar una cámara encima para utilizar esa información a modo de pruebas. En Seattle empezarán con las pruebas dentro de poco pero el objetivo es claro: tener pruebas que se puedan utilizar en casos de todo tipo, todo esto con lo ocurrido en Ferguson muy cerca.

Su implementación está siendo controvertida debido a los problemas de privacidad que implica así como su uso, correcto o no, de cara a los juicios y también disuadir de que las fuerzas de seguridad puedan realizar abusos de poder y quedar impunes. Ahora bien, ¿cómo funciona una de estas cámaras? ¿siempre está grabando? ¿un policía la puede desactivar? Vamos a resolver estas dudas.

Seguridad en las transferencias ante todo

Vievu se encarga de fabricar las cámaras que llevarán los policías en Estados Unidos. Se trata de un modelo diferente al resto por las medidas de seguridad que existen a la hora de volcar y acceder al contenido. Los policías no tienen la posibilidad de activarla y desactivarla a su antojo. Los datos se guardan en una memoria interna para posteriormente en comisaría volcarlos.

Transferir la información a un ordenador también tiene un proceso especial: hace falta un software especial para poder subir los datos al servidor de la policía. Es decir, un oficial no puede conectarla por USB a su ordenador y descargar todo. Además, el contenido está cifrado y solo el departamento policial de la zona puede acceder a él. Vievu, el fabricante, no puede consultar el contenido.

¿Es una medida efectiva? El tiempo lo dirá pero de momento tenemos un estudio muy revelador de la universidad de Cambridge donde tras probar la cámara en California descubrieron que los policías que llevaban uno de estos dispositivos instalados eran menos propensos a usar la violencia física que aquellos que no la tenían equipada.